Los orígenes de Les Cowboys Fringants se remontan a septiembre de 1994 cuando dos de sus miembros, Karl Tremblay y Jean-François Pauzé, se encuentran en los vestuarios del equipo de hockey en el que militan, Los Jets de Repentigny, pero como son muy tímidos tardan meses en hablar de sus aficiones. En enero de 1995, por fin, mantienen una charla en serio y se ponen al día de sus inquietudes musicales. El primero canta, el segundo toca la guitarra y ambos están deseando formar un grupo. Quedan en el sótano de la familia Pauzé y al poco tiempo ya tienen su primera canción, “Les Routes du Bonheur” (Los Caminos de la Felicidad), después seguirían componiendo hasta llegar a la veintena, si bien se quedan con las doce mejores para incorporar a lo que será su primer álbum, 12 Grandes Chansons, un disco autoproducido y que saldría en 1997. Pero antes Karl y Jean-François se habían encontrado con una violinista llamada Marie-Annick Lépine, que también toca otros cuantos instrumentos, y a la que intentan atraer hacia el grupo, ella en principio se resiste, dado que lo suyo es la música clásica y lo que hacen estos chicos son simples cancioncillas countries, sin embargo, termina mordiendo el anzuelo y además les presenta a su primo, Jérôme Dupras, un adolescente de 16 años, que toca el bajo y que añade un nuevo miembro a la formación, Dominique Lebeau, “Domlebo”, que toca la batería.
En el otoño de 1998 aparece su segundo álbum, Sur mon canapé (Sobre mi sofá), que también se autoproducen y autodistribuyen. Através del boca a oreja consiguen vender rápidamente mil copias y ser difundidos en las radios de estudiantes de Quebec. El grupo no termina de despegar hasta el año 2000 en que se publica su tercer álbum, Motel Capri y triunfan en los Francofolies de Montreal, aclamados por una marea humana que baila y canta sus canciones. Finalmente terminan consolidándose dos años más tarde con la aparición de Break Syndical, con el que, por fin, las radios comerciales se rinden y empiezan a pinchar sus canciones. Tras la publicación de este cuarto trabajo de Les Cowboys Fringants vendría una gira, recogida, posteriormente, en un CD-DVD, que les llevaría a Europa, donde cuentan con un buen número de seguidores, sobre todo gracias a internet y a un club de fans que se hacen llamar Les Cousins Fringants (Los Primos Fogosos).
En noviembre de 2004 se publica La Grand-Messe (La Misa Mayor), gracias al cual son reconocidos como el mejor grupo del año en la Gala de la ADISQ, la asociación que representa a la industria discográfica de Quebec. La canción que podéis escuchar en el siguiente video pertenece a este álbum, se titula “Plus rien”(Nada más)
Las canciones de Les Cowboys Fringants hablan de Quebec, su historia y sus tradiciones, pero también se ocupan del medio ambiente, la pobreza, los problemas personales y familiares, la nostalgia de la infancia, el cinismo de los políticos y la apatía general, aunque todo ello con una buena dosis de ironía y mucho sentido del humor. En 2006 crean una fundación que lleva su nombre Cowboys Fringants y cuya principal finalidad es la protección del medio ambiente y el patrimonio natural de Quebec.
En septiembre de 2008 publican L’Expédition (La Expedición), tras cuatro años sin sacar ningún disco en estudio, dedicados a la fundación y a sus giras, Les Cowboys Fringants vuelven a la carga más fogosos que nunca, porque a los pocos meses aparece un nuevo álbum, Sur un air de déjà vu, (Sobre un aire de ya visto), un disco que se podía escuchar y comprar a través de internet al mes siguiente de que saliera a la venta L’Expédition y pocos meses más tarde ya estaba en las tiendas, acompañando a éste. La canción que podéis escuchar en el siguiente video y que traducimos a continuación forma parte de L’Expédition y se titula “Entre deux taxis” (Entre dos taxis).
Para más información, pincha aquí.
+++
Les Cowboys Fringants:
“Entre deux taxis”
De l’album L’Expédition (2008)
Ils se sont embrassés tard dans la nuit
Sur la banquette d'un taxi
Dehors un lampadaire s'est rallumé
Ils ont fait vœu d'éternité
Sur le toit de la voiture le néon lumineux
Semblait n' briller que pour eux
Comme une petite auréole dans le noir
Le taxi filait vers la gloire
"Oh, qu'il est triste
Le sort des amoureux!"
Se disait le vieux chauffeur amusé
Car on commence toujours à se dire adieu
Dès notre premier baiser
Ensemble, ils ont pris un appartement
Où ils vécurent au gré du temps
Une vie avec des lunettes roses
Exempte de journées moroses
Mais le poids du quotidien,
Ce p'tit diable malin,
Vient s'installer un beau matin
Les cœurs qui furent si légers hier
Retombent les deux pieds sur terre
"Oh, qu'il est triste
Le sort des amoureux !"
Qu'on se dit au bout de quelques années
Car on commence toujours à se dire adieu
Dès notre premier baiser
Les amants d'hier sont dev'nus amis
Plus de chaleur dans le logis
Les rêves qu'ils avaient jadis en duo
S'endorment maint'nant dos à dos
Par la fenêtre,
Elle regarde celui qu'elle a aimé
La quitter pour l'éternité
En emportant tout un pan de sa vie
Dans un anonyme taxi
{x2:}
"Oh, qu'il est triste
Le sort des amoureux !"
Qu'on se dit lorsque tout est terminé
Car on commence toujours à se dire adieu
Dès notre premier baiser
“Entre dos taxis”
Del álbum L’Expédition (2008)
Se besaron tarde en la noche
sobre el asiento de un taxi.
Fuera, una farola volvió a encenderse.
Hicieron voto de eternidad.
Sobre el techo del coche, el neón luminoso
parecía lucir sólo para ellos dos.
Como una pequeña aureola en la oscuridad
el taxi corría hacia la gloria.
“¡Qué triste es
el destino de los enamorados!”
pensaba el viejo conductor distraído
porque siempre empezamos a despedirnos
desde nuestro primer beso.
Juntos, ocuparon un piso
donde vivieron a merced del tiempo
Una vida con gafas rosas
exenta de días sombríos
pero el peso de lo cotidiano,
ese astuto diablillo,
viene a instalarse una buena mañana:
los corazones que fueron tan alegres ayer
vuelven a posar sus pies en la tierra
“¡Oh, qué triste es
el destino de los enamorados!”
nos decimos al cabo de algunos años
porque siempre empezamos a despedirnos
desde nuestro primer beso.
Los amantes de ayer se volvieron amigos
ya no hay calor en el hogar
Los sueños que antaño tenían a dúo
se duermen ahora espalda contra espalda
Por la ventana,
ella mira cómo aquél que la quiso
la deja por la eternidad
llevando con él un gran trozo de su vida
en un taxi anónimo
{x2:}
“¡Oh, qué triste es
el destino de los enamorados!”
nos decimos cuando todo se acabó
porque siempre empezamos a despedirnos
desde nuestro primer beso.
1 comentario:
Chido wey, no sabîa esas cosas.
Publicar un comentario