Clarika, cuyo verdadero nombre es Claire Keszei, nació el 3 de febrero de 1967 en Boulogne-Billancourt a las afueras de Paris. Su madre era profesora de literatura y su padre un importante poeta húngaro revolucionario. Su familia se traslada a Annemasse y es allí donde, a la edad de ocho años, Clarika aprende a tocar la flauta en la banda municipal de los cadetes. Aunque en realidad ella hubiese preferido ser majorette y desfilar agitando rítmicamente su bastón al son de diversas fanfarrias.
Ya de vuelta a París, empezó a interesarse en serio por el mundo de la música y decidió responder a un anuncio de un grupo de Folk Rock que buscaba una cantante. Las cosas no marcharon demasiado bien y como el grupo no parecía tener mucho futuro, Clarika decidió buscar otras vías que le permitieran realizar su sueño al tiempo que terminaba su carrera de letras. Luego probó durante un tiempo en el mundo del teatro hasta que se dio cuenta de que eso tampoco era lo que quería.
En el Studio des Variétés, conoce a Jean-Jacques Nyssen y se produce el flechazo sentimental y artístico: los versos de la cantante se alían perfectamente a las orquestaciones del músico belga. Juntos graban varias maquetas y, por fin, en 1994 Clarika logra editar su primer disco: J´attendrai pas cent ans (No esperaré cien años). Los temas que aborda en este primer álbum van desde la locura y la muerte hasta el desencanto amoroso pasando por la nostalgia de la infancia, por lo que la influencia de Alain Souchon parece bastante clara aunque las letras de Clarika tienen una fuerte carga de ironía.
En 1996, aparece su segundo álbum Ça s'peut pas (No puede ser) de carácter menos ácido pero con la misma temática que el anterior. De hecho, las relaciones entre chico y chica son recurrentes. Así, por ejemplo, en la canción “Beau comme garçon” (Chico guapo), Clarika imagina la vida que habría podido llevar con ese chico guapo que desgraciadamente tiene la cabeza llena de pájaros.
Dos años más tarde, Clarika recibe el premio Félix Leclerc a la mejor autora joven en el festival Francofolies de La Rochelle. Este premio viene a confirmar lo que ya intuíamos: Clarika se había convertido en la representante de toda una generación de artistas (Mano Solo, La Grande Sophie, etc.) que estaban renovando el género y tenían un público fiel a pesar de no encontrar espacio en los medios de comunicación. A partir de ese momento, se la ve en numerosos conciertos benéficos y colabora con artistas de la talla de Michel Jonasz, Michel Delpech, Fabien Martin o Zazie, a quien acompaña, en 2005, en su gira Rodeo Tour.
En 2001, Clarika presenta su tercer álbum, La fille, tu sais (La chica, ya sabes), con la complicidad permanente de Jean-Jacques Nyssen. El álbum se abre con la delirante canción “Les garçons dans les vestiaires” (Los chicos en el vestuario), en la que Clarika imagina cuáles son las fantasías que tienen los chicos mientras se duchan. Para el vídeo clip, más delirante aun, contó con la participación de los jugadores del equipo de rugby del Estadio de Francia, famosos por sus poses sensuales en el calendario erótico Dieux du Stade.
En septiembre de 2005, Clarika presenta su cuarto álbum Joker, que consigue una nominación al Prix Constantin que finalmente se llevó Abd al Malik. Tras la presentación del disco, Clarika se lanza a la carretera a realizar una gira que la mantendrá ocupada durante dos años. Entre las canciones que componen el álbum, encontramos toda una confesión: “Je mens” (Miento).
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Clarika – “Je mens” Extrait de l’album Joker (2005) Comme je respire, je mens. Je vais, j'inspire l'air du temps. Pourquoi dire vrai quand, vraiment, la vie se vie mieux semblant ? Comme je respire, je mens. Mon élixir, c'est le vent. Pour rien, pour dire, je mens. L'important, c'est mentir vrai. La vie comme elle est elle est tellement fade alors moi je l'égaie avec mes salades. Je mens… je mens…
Je mens à Samir, à maman. Je mens pour de rire, pour du vent. Sur la Tora, sur le Coran, je mens comme je respire. Je mens au mari, à l'amant. Je mens au lit, sur le divan. Je mens même parfois, ça dépend, pour le mieux ou le pire. [au refrain] Je mens comme un dentiste. Je mens comme Dieu existe. Je me cache, je triche, Je mens et je m'en fiche. Je m'enterre à mentir. Je mens pour un empire. C'est vrai, je vous assure. Je mens, je vous le jure. | Clarika – “Miento” Extraído del álbum Joker (2005) Como respiro, miento. Voy, inspiro las ideas del momento. ¿Por qué decir la verdad cuando, en verdad, la vida se vive mejor fingiendo? Como respiro, miento. Mi elixir, es el viento. Por nada, por decir algo, miento. Lo importante es mentir verdaderamente. La vida así como es es tan insulsa por eso la alegro con mis historias. Miento… miento…
Miento a Samir, a mamá. Miento por reír, por cosas vanas. Sobre la Torá, sobre el Corán, miento como respiro. Miento al marido, al amante. Miento en la cama, en el diván. Miento incluso a veces, depende, para lo bueno o lo malo. [Estribillo] Miento como un dentista. Miento como Dios existe. Me escondo, hago trampas, miento y me da lo mismo. Me entierro mintiendo. Miento por un imperio. Es verdad, os lo aseguro. Miento, os lo juro. |
[Esta entrada ha sido elaborada por Cristina Juan Jiménez del IES Conde de Orgaz de Madrid]
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